Cartelera
La situación económica del país ha logrado hacer que los ministros  del Presidente Uribe, dejen sus funciones elementales y se conviertan en buenos comediantes del quehacer nacional.

Por ejemplo, el Ministro de Minas y Energía, Hernando Martínez Torres, manifestó que si el gobierno nacional hubiese bajado en noviembre de 2008 el precio de la gasolina a 3500 pesos cuando el precio del crudo bajo a 30 dólares, y ahora cuando el precio del crudo ronda en la franja de los 40 – 50 dólares, le quedaría al gobierno subir el galón 1000 pesos y pasarlo de 3500 a 4500,  y que pensarían los usuarios de la gasolina, al tener un alza tan abrupta.

Creería yo, Ministro Torres, que la gente piensa que es mejor pagar gasolina de 4500 pesos por galón y no  los casi 8 mil pesos que se pagan por cada galón, además, el Ministro anuncio que no habrán recortes del precio de la gasolina, cuando el mismo anuncio que la gasolina podría estar ahorita en casi 5000 pesos.

Por los lados del Ministerio de Hacienda, el jefe de dicha cartera Oscar Iván Zuluaga, manifiesta que el país va por buen camino,  mientras tanto, los industriales, los ganaderos, los agricultores y el resto de grupos económicos del país, dicen lo contrario.

El Ministro Zuluaga nos habla de crecimiento económico para el 2009  de un 3% y los indicadores colombianos, nos muestran la caída de la industria, el aumento del desempleo, aumento de la devaluación de la moneda nacional, las ventas minoristas y el comercio caen, además las exportaciones también van a la baja, entonces la cifra de un 3% de crecimiento económico se ve una ilusión.

Lastima que el Andrés Felipe Arias haya renunciado al Ministerio de Agricultura, y esperamos que en su precandidatura presidencial nos haga reír, tal como lo hizo con el caso de Carimagua, y la justificación de los salarios de hambres.

Nuestro país parece un circo, gobernado por unos payasos, y es hora de que nuestros gobernantes se pongan en serio a aplicar políticas económicas para sacar al país de la recesión que estamos atravesando, o de lo contrario, este país no se va a morir de la risa sino del hambre.