LA INTENCIÓN DE VENDER A ISA NO ES NUEVA – HAY QUE OPONERNOS
Los primeros pasos para privatizar las empresas prestadoras de Servicios Públicos, se dieron desde la Constitución de 1991 y se concretaron con la ley 142 de 1994, particularmente para el sector eléctrico con la ley 143 del mismo año, dando así continuidad a las políticas trazadas en el “Consenso de Washington” de 1989 suscritas por Colombia mediante "acuerdos", que tienen como objetivo en los países subdesarrollados, entre muchos otros, privatizar las empresas públicas rentables y reducir el tamaño del Estado. Es decir, el afán privatizador no es siquiera una política propia que busque el bienestar general de la población, sino que es un compromiso que se tiene con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La intención del gobierno nacional de vender la participación accionaria del Estado colombiano en Interconexión Eléctrica S.A E.S.P. -ISA- no es nueva; las leyes 142 y 143 de 1994, entre otras acciones, partieron a ISA en dos empresas (ISA transmisión e ISAGEN generación). Posteriormente en 1997, cambiaron la estructura jurídica de ISA, de una empresa Industrial y Comercial del Estado a una empresa de Servicios Públicos Mixta constituida por acciones, con el fin de abrir el camino para privatizarla, para ello, utilizaron el Fondo de Empleados de ISA (FEISA), quien adquirió el 0.004% de las acciones.
Recordemos a Luis Carlos Valenzuela, exministro del gobierno de Pastrana, que en el año 1999 trató de vender “las joyas de la corona” -ISA e ISAGEN- por un valor muy inferior a su valor real, lo que generó rechazo de varios sectores del pueblo colombiano, alertando de lo inconveniente de privatizar empresas estratégicas como ISA. Igualmente, en junio de 2007, el Ministro de Hacienda de ese entonces, Oscar Iván Zuluaga, anunció la venta de la participación accionaria de la Nación en ISA (56%) para el pago anticipado de la deuda externa, lo que generó nuevamente rechazo de varios sectores de la sociedad colombiana, que nos opusimos a su venta.
La política de privatización se ha mantenido bajo la figura de la “democratización accionaria”; no podemos olvidar que desde el año 2000 hasta la fecha, el Gobierno Nacional ha realizado varias campañas publicitarias y ha vendido paquetes minoritarios de acciones al pueblo colombiano; es decir, el administrador de turno, le ha "revendido" la Empresa a una parte de sus propios dueños y los ha utilizado de paso para distraer la discusión de privatizar lo público, a la vez que los hace cómplices de su política entreguista del patrimonio público al capital privado. ¿Qué puede ser más democratizado que un bien público que es de todos? No existe mejor manera de democratizar un activo que hacerlo público.
Por otro lado, los propios accionistas estatales de ISA han contribuido al proceso privatizador, es así como en el año 2015 Ecopetrol sale de la totalidad de su participación accionaria en ISA (5.32%), en el 2017 la Empresa de Energía de Bogotá enajena la totalidad de su participación (1.67%), acciones que pasaron a manos privadas; y a comienzos de este año (2019) se aprobó la venta de las acciones que EPM tiene en ISA (10,17%). ¿Se ha preguntado señor accionista minoritario que pasará con sus acciones cuando un inversionista extranjero adquiera el 51% de ISA y por tanto el control de la compañía? Los accionistas minoritarios en ISAGEN con su venta en solo dos años pasaron del 16.39% en el 2016 a 0.27% en el 2018.
Son varias las tácticas por las cuales se privatiza: enajenación y venta de activos, emisión de acciones y democratización de las empresas, escindir para crear nuevas empresas, en otros casos liquidación y quiebras provocadas, etc.; tácticas que dejan como consecuencia la flexibilización y tercerización laboral, el traslado y despido de trabajadores, la disminución del empleo digno, la reducción y extinción de sindicatos; tácticas que sólo han sido trampas para embaucar a ciudadanos y trabajadores, contrarrestar la oposición ciudadana y sindical, facilitar el empleo temporal y el posterior aumento de las tarifas para el usuario final como consecuencia lógica de la privatización.
Que el gobierno de Iván Duque, hoy este examinando la posibilidad de vender la participación accionaria en diferentes empresas, entre ellas la totalidad de las acciones que la Nación tiene en ISA (51.41%), supuestamente para cubrir faltantes del plan de desarrollo, es la misma política bajo nuevo pretexto para entregar el patrimonio público y la soberanía nacional, pues el déficit de las finanzas del Estado es un problema estructural de nuestra economía y no se va a solucionar con la venta de los activos más rentables de la nación. El verdadero propósito es cumplir con los compromisos que se tienen con el FMI.
“Para nadie es un secreto que ISA es una empresa singular y de interés estratégico para la Nación, por su ubicación geográfica; por ser la única red de transmisión eléctrica de cubrimiento nacional; por su proyección internacional; porque mientras el Estado tenga el control de la compañía se podrá llegar con el servicio eléctrico a cualquier rincón del país y es además una fuente de riqueza y recursos para el gobierno nacional. Por consiguiente, la venta de ISA es un asunto de soberanía y seguridad nacional por ser un monopolio natural, es regalar una posición estratégica del país para la expansión del sector eléctrico y de servicios de telecomunicaciones en el continente americano, indispensable para interconectar el norte y sur de América” (esto lo ha expresado SINTRAISA repetidamente desde 1999 y hoy nos ratificamos). Pero esto no parece importarles a nuestros gobernantes, como lo demuestra la historia, es lo que menos le interesa a la clase corrupta dominante que hoy gobierna Colombia, su principal interés, al igual que lo hacen los narcotraficantes, es enriquecerse en el menor tiempo posible separando su suerte de la del pueblo colombiano.
Para SINTRAISA, privatizar a ISA, ECOPETROL y demás empresas que aún quedan de propiedad de los colombianos, es seguir contribuyendo con el atraso de este país y con factores de pobreza, es atentar contra el patrimonio público, es entregar parte de la soberanía nacional; significa renunciar a la posibilidad de tener un país autónomo que garantice una mínima seguridad energética, es quedar con una dependencia absoluta del capital privado extranjero con incalculables consecuencias para el pueblo colombiano.
Si hasta hoy, esa clase dominante no han podido privatizar la totalidad de ISA, es por la resistencia del pueblo colombiano a su despojo, mal haríamos en no invitarlos nuevamente a sumarse a la resistencia contra estos procesos de privatización, más aún hoy que conocemos los impactos negativos que tienen las privatizaciones para el pueblo y los trabajadores en un país como Colombia; razones por la cuales rechazamos todas las acciones al interior de la empresa y las emprendidas por el gobierno nacional para facilitar la privatización de Interconexión Eléctrica S.A. E.S.P. Hacemos un llamado a todos los trabajadores y al pueblo colombiano a resistirse nuevamente al despojo que se propone el gobierno actual de privatizar a ISA.
Medellín, 4 de junio de 2019
JUNTA DIRECTIVA NACIONAL SINTRAISA