Laboral

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Por desinterés o falta de credibilidad, el conversatorio sobre Responsabilidad Social Empresarial (RSE), Ética y Derechos Humanos, realizado el pasado 25 de octubre en la sede principal de ISA y convocado por la Gerencia General, contó con muy baja asistencia. Este se desarrolló más como una entrevista que como un conversatorio con los ahora llamados -“colaboradores”- como fue anunciado. Ante un selecto y reducido público, la presentadora –subalterna del Gerente General- dirigió el simulacro de conversatorio, ayudándolo inclusive en varias respuestas, que al final tampoco motivaron a los espectadores. Una cosa para destacar, fue que el Gerente General de ISA, Luis Fernando Alarcón Mantilla, reconoció su actitud displicente que ha tenido hacia los trabajadores, pero que ahora en adelante aspira corregir.

Desde ISA, la RSE se entiende -según lo manifestó el Gerente- como unas necesidades que de no atenderse ponen en riesgo la estabilidad del negocio y compromete a futuro las relaciones con los distintos grupos de interés. Ello implica que hoy, los negocios para que duren, hay que hacerlos bajo unos principios y valores desde el paradigma de la RSE. Es por eso que estos principios y valores se consignaron en los códigos de ética y de buen gobierno, además se acogerán por ISA bajo la norma ISO 26000, no certificable.

Según el “Libro Verde” de la Comisión Europea, define la RSE como "la integración voluntaria, por parte de las empresas, de las preocupaciones sociales y medioambientales en sus operaciones comerciales y sus relaciones con sus interlocutores. Ser socialmente responsable no significa solamente cumplir plenamente las obligaciones jurídicas, sino también ir más allá de su cumplimiento".

Las definiciones y los alcances que se dan de la RSE son múltiples y las Empresas y Corporaciones las ajustan a sus necesidades dentro de este nuevo paradigma que está rigiendo su actuar, convirtiéndola en una cuestión simplemente declarativa y voluntaria; con esto las empresas buscan evitar que se legisle y se regulen sus responsabilidades sociales. Las Empresas exigen para el desarrollo de su actividad económica, seguridad jurídica y coerción en leyes y reglamentos, mientras por otro lado, para el relacionamiento con los distintos grupos sociales, prefieren la autonomía y voluntariedad empresarial, antes que estar bajo el control gubernamental y las reclamaciones por vía jurídica.

Afirmamos lo anterior no sólo por lo teorizado y demostrado en la práctica por varias empresas a nivel mundial, sino por lo que en realidad se vive en ISA, a pesar que su administración afirme que es una empresa a la vanguardia en RSE.

El “nuevo” paradigma de la RSE en ISA, va en concordancia con el nuevo modelo de privatización cada vez más entronizado en la Empresa; y en consecuencia el actuar administrativo se construye sobre la negación del conflicto, que muchos ven como el síntoma más preocupante del mal funcionamiento de la Organización, no como oportunidad y factor inherente a la práctica de lo político, trasladando así el conflicto colectivo laboral a una simple expresión de problemas personales. Coherente con el modelo, el Gerente de ISA, para atender los problemas laborales, propuso que los trabajadores a partir del próximo año, irán pasando por la Gerencia -individualmente o en grupos- para charlar y tomarse un tinto con él. Esta será la manera informal y desinteresada de atender la problemática laboral en ISA, desconociendo de paso la Representación Sindical.

Pero la cosa no termina ahí, como todos los asistentes lo pudieron notar, se promueve el tránsito de la noción de trabajador a la de colaborador, con la imposición de este cambio cultural, se busca permanentemente debilitar lo Sindical, proyectando que los trabajadores dejen de existir, dando paso a los colaboradores, a los que no se les reconocerán derechos ni beneficios, no tendrán contratos de trabajo, no se sindicalizarán, no exigirán el cumplimiento de normas, no se les pagará, sólo se les hará reconocimientos y se les bonificará. Un gran reto para los que hoy nos sentimos trabajadores de ISA, una multinacional colombiana que hoy avanza en el proceso de privatización.

“Sin embargo, la minuciosa y compleja ingeniería social sobre la que descansa la construcción de colaboradores no sólo está orientada a producir individuos atomizados que se representen a sí mismos. Esta curiosa personificación, que cristaliza la voluntad del capital de asociar a la fuerza de trabajo a la nueva Organización, intenta borrar todo lazo de dominación y de explotación económica bajo la pretendida libertad y autonomía de los asalariados.” En otras palabras es intentar ocultar la explotación capitalista.

Preguntamos, ¿Se puede declarar una empresa socialmente responsable cuando no cumple a plenitud ni siquiera los derechos laborales? ¿Cuando permanentemente avanza en el desmonte de derechos y de beneficios para presentes y futuros trabajadores? ¿Cuando directa y veladamente se coarta el derecho humano de sindicalización? ¿Cuándo se patrocina respalda y promueve el pacto colectivo como mecanismo antisindical? ¿Cuando promueve, contrata y tolera el abuso y explotación de trabajadores tercerizados? ¿Cuando se despiden trabajadores violando normas legales, estabilidad, debido proceso y derecho de defensa? Creemos que NO.

Medellín, octubre 28 de 2011.

JUNTA DIRECTIVA NACIONAL SINTRAISA