Laboral

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La jornada paralizó la mayoría de las capitales e importantes autopistas. Esta vez a la Presidenta le fueron esquivos hasta los trabajadores que la eligieron.

La primera huelga general en Brasil desde hace 22 años dejó ayer mucho más que bloqueos en cuarenta carreteras y la paralización del transporte público en algunas ciudades. La jornada nacional hizo visibles las carencias de una población que quiere más tajada de la bonanza económica del gigante sudamericano y dejó en el aire el descontento de las filas oficialistas y opositoras con el Gobierno de Dilma Rousseff.

En el "Día Nacional de Luchas", convocado por los sindicatos para reclamar mejoras laborales, participaron ocho de las mayores centrales sindicales, que reúnen a más de 7.000 gremios, y que están vinculadas a nueve partidos políticos, tanto del Gobierno como de la oposición. Sin embargo, la multitud que salió a las calles fue mucho menor de la que invadió las ciudades las últimas tres semanas de junio. Mucho de esto se explica por la falta de transporte masivo.

"Los trabajadores están sintiendo que la corrosión de los salarios por la inflación gana cada vez más fuerza", dijo el presidente de Fuerza Sindical, Paulo Pereira da Silva.

Ese sindicato exige la destitución del ministro de Hacienda, Guido Mantega, por una política que, en su opinión, ha dejado que la inflación corroa el salario de los trabajadores.

La CUT, la mayor unión de sindicatos del país y controlada por el Partido de los Trabajadores, al que pertenece Rousseff, alega que las protestas sólo buscan presentar la "agenda de reivindicaciones de la clase trabajadora en el momento particular que vive la Nación".

"No llegamos tarde, siempre hemos estado aquí. Estamos aquí para exigir que Dilma cumpla sus promesas", dijo Adriana Magalhães, una empleada bancaria y coordinadora de la CUT en Sao Paulo.

Los manifestantes bloquearon las carreteras en cinco estados, incluyendo la autopista más importante del país. También bloquearon la vía que da acceso al puerto de Santos, el mayor terminal marítimo de América Latina.

Los conductores de autobuses se cruzaron de brazos en ciudades como Porto Alegre, Vitoria, Belo Horizonte, Salvador, Manaos y Santos.

PREGUNTAS

TRABAJADORES PIDIERON SERVICIOS

¿Qué piden los sindicatos brasileños?

Las principales demandas de los sindicatos son la reducción de la jornada de trabajo hasta 40 horas semanales, la modificación de una ley que reduce las pensiones de quienes se jubilan prematuramente y la petición para que se archive un proyecto de ley que permite a las empresas ampliar el número de trabajadores tercerizados.

Algunos sindicatos también reivindican medidas para reducir la inflación, que consideran como su principal preocupación, y exigen mayores inversiones públicas en educación, salud y transporte.

EN DEFINITIVA

Decenas de miles de manifestantes bloquearon autopistas y provocaron caos vial ayer, en una huelga que buscó aprovechar el impulso de las enormes protestas que ocurrieron en el país en junio.

Tomado del periódico El Colombiano

Por DIANA CAROLINA JIMÉNEZ | Publicado el12 de julio de 2013